Fecundidad y Covid-19: ¿baby boom o baby bust?

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Introducción

La preocupación por la reproducción de la población ha existido siempre. En los países occidentales, el proceso de transición demográfica empezó entre finales del siglo XIX y principios del XX y su final fue tan inesperado como su comienzo. Tras la II Guerra Mundial aparecen los primeros estudios sobre el tema.

Situando el baby boom: un mapa desigual

Según Jesús Sánchez Barricarte, el fenómeno del baby boom no debe circunscribirse únicamente a la posguerra, pues las tendencias de natalidad al alza se remontan a la década de los años 30, al mismo tiempo que los EE. UU se sumían en la Gran Depresión. Esta oleada de nacimientos ayudó a revitalizar la economía. Sin embargo, las tendencias matrimoniales durante el periodo del baby boom difieren de un país a otro. Para entender los cambios en el comportamiento reproductivo deberíamos analizar las variaciones en cuanto a la cifra de matrimonios. Esta intersección todavía no ha sido suficientemente estudiada, aunque se admite una relación estrecha entre ambas variables.

Si bien se suele ubicar el pistoletazo de salida del baby boom en el momento en que los soldados regresan de la Segunda Guerra Mundial y la extensión del Estado del Bienestar favorable a la formación de familias, una reciente investigación respecto a las tasas de nacimientos y el PIB entre los años 1921-1980 resta importancia al factor económico (Reher 2013). Reher, vincula el aumento de la fertilidad a dos factores: a que las parejas se casaban más jóvenes y a la ineficacia de los métodos anticonceptivos.

La natalidad alcanzó sus niveles más altos en los territorios menos afectados por la contienda: Suecia había alcanzado su nivel más bajo en 1934 con 1,7 niños por mujer, cifra que subiría a 2,6 en 1945, incremento análogo al que se dio en Suiza. De ahí podemos observar que, con o sin conflicto bélico de por medio, los nacimientos se dispararon en el mundo que empezaba a configurarse después del bombardeo atómico de   Hiroshima. En España habría que esperar a la década de los 60, los años del desarrollismo, para advertir un aumento notable de la natalidad al mismo tiempo que el ciclo del baby boom culmina en toda Europa. Los países que mostraron una recuperación menos intensa de la natalidad tras la guerra fueron Alemania, Checoslovaquia, Inglaterra, Noruega, Suecia y Bélgica. Por el contrario, Canadá, Países Bajos, Bulgaria y Italia tuvieron unas tasas relativamente altas después de la guerra.

El aumento de los matrimonios tuvo un impacto positivo en la tasa de nacimientos: cabe recordar que la poca fiabilidad de los métodos anticonceptivos, cuyo uso no estaba todavía tan generalizado, llevaba a muchos jóvenes que inicialmente tan solo querían mantener una relación sexual a terminar casándose. La aparición de los anticonceptivos hormonales permite relajar este requisito y separar el sexo del matrimonio (Van Bavel 2013).

Las mujeres que dieron a luz en los años cincuenta y sesenta eran demasiado jóvenes para casarse durante la guerra. Muchas de ellas ni siquiera habían nacido durante la Gran Depresión. Las más jóvenes abarrotaron el mercado laboral a costa de percibir los salarios más bajos, algo que iba en detrimento de la voluntad de tener hijos. Factores contradictorios: a la vez, la crisis financiera de 1929 y el aciago panorama que conduciría a un nuevo estallido bélico motivaban a las parejas a tener más hijos como estrategia para prepararse para un futuro complicado. La desconfianza inicial de las parejas en las medidas del Estado de Bienestar diseñadas por el presidente Roosevelt y el desplome del PIB per cápita fue una de las causas que condujeron al aumento de la fertilidad matrimonial, la mayor jamás observada en los países desarrollados. La mejora del poder adquisitivo y la implantación de las políticas de bienestar social para proteger a la población de edad avanzada refrena el aumento de la natalidad.

La culminación en las décadas de 1950 y 1960

La población estadounidense pasó de 150 a 180 millones de personas en la década de los sesenta. El consumo de las nuevas familias se había disparado, y crecieron la construcción de viviendas, de automóviles y de aparatos de televisión. Se extiende la educación básica y la universitaria empieza a ser accesible para las clases medias. Emergen nuevos mercados para el colectivo adolescente como son la ropa, la música y el baile. El bajo desempleo y los salarios ascendentes trajeron prosperidad a grupos tradicional excluidos del crecimiento económico como los migrantes y los campesinos. Estos cambios sociales precipitaron el movimiento hippie, la revolución sexual y el feminismo, que se erigirían como alternativas al capitalismo y al imperialismo. El aumento del empleo femenino también hace disminuir las tasas de natalidad.

España

A partir del año 2010, la generación española del baby boom empezó a jubilarse. Las previsiones hacen temer que el aumento de las personas jubiladas, con una esperanza de vida cada vez mayor, colisionará con una crisis económica sistémica que vaciará las arcas del estado entre 2030 y 2040. Ya llevamos algún tiempo asumiendo que, por más que se suban los impuestos, el Estado del Bienestar cada vez es menos asumible y que una cierta estabilidad solo se logrará a costa de mucho sacrificio (Schifferes 15-8-2006).

La media de edad de los españoles pasó de 33 a 43 años entre 1976 y 2016, y las tasas de nacimientos decrecen año tras año. En los tres primeros meses del 2023 han nacido en España 78.534 niños, un 10% menos respecto al mismo periodo de 2019. La clave para incentivar la natalidad podría pasar por mejorar salarios y facilitar el acceso a la vivienda. La inseguridad vital también atrasa el momento en que se tienen hijos: más del 10% de los nacimientos corresponden a mujeres mayores de cuarenta años, en algunos casos acercándose a los cincuenta.

El INE según datos obtenidos en el primer trimestre del  año pasado indica que los nacimientos siguen bajando excepto en Aragón, La Rioja y Madrid, donde se contabilizan más bebés que el año anterior. Las comunidades con menos nacimientos son Navarra, Asturias, Extremadura y Murcia (Rovati 2023) y (Rius 2023).

Natalidad y COVID

El promedio de hijos en España ha pasado de 2.8 en 1975 a 1.2 en la actualidad, ligeramente por encima del mínimo histórico de 1,13 de 1998. La contribución de las mujeres inmigrantes entre 1999 y 2008 posibilitó que la cifra subiera a 1,4, pero a partir de 2008, con la crisis financiera de fondo, volvió a bajar.

Las estrictas medidas de confinamiento impuestas en 2020 para evitar la propagación del coronavirus llevaron a algunos expertos a vaticinar un repunte de la natalidad. Se auguraba un nuevo baby boom a expensas de la domesticidad impuesta, el hecho de que las parejas tuvieran que pasar la mayor parte del tiempo en casa, pero los registros muestran justamente lo contrario. La predicción es que, al ritmo actual, el tamaño de la población española será un 50% inferior en el año 2100 y, lo que es más grave, cada vez habrá menos personas en edad de trabajar y más población de edad avanzada, con todo lo que ello supone en términos de desarrollo económico: no se sabe si las pensiones y el sistema de salud aguantarán (Llamas 2018). En este sentido, junto a factores ya mencionados como la inestabilidad laboral o el encarecimiento de los precios de la vivienda, debe hacerse hincapié en la necesidad de políticas eficaces de conciliación familiar.

Conclusión

Hasta ahora, las acciones especificas orientadas a fomentar la natalidad no han resultado alentadoras. Las ventajas fiscales en vivienda o en educación han resultado ser de corto alcance, no incidiendo significativamente en la tendencia. Son tiempos convulsos, actualmente con dos guerras en curso, una a las puertas de Europa y otra en Oriente Medio en un mundo que todavía se está recuperando de la pandemia del Cóvid-19. La brecha entre clases sociales se ensancha día a día, y el estancamiento económico y el envejecimiento nos obligan, tal y como sugiere Miguel Requena, a ejercitar la resiliencia.  (Requena 2022).

Bibliografía

Llamas, Manuel. «El declive demográfico o cómo España se quedará sin hijos en el próximo

siglo.» Libre Mercado, 18 de 5 de 2018.

Reher, Van Bavel y. 283, 2013.

Requena, Miguel. «¿Porqué España es un pais sin niños.» Theobjective, 18 de 6 de 2022.

Rius, Mayte. «Crisis demogtafica: cae un 10% la cifra de nacimientos respecto al 2019.» La

Vanguardia , 18 de Mayo de 2023: 22-23.

Rovati, Lola. La natalidad sigue bajando en toda España excepto en tres autonomias. 18 de

Mayo de 2023.

Sanchez-Barricarte, Jesús J. «Medicion y explicacion del baby boom en el mundo desarrollado a

mediados del siglo XX.» Demographic research, vol.38 , 2018: 1189-1240.

Schifferes, Steve. El poder del «baby boom». BBC MUNDO.com, 15-8-2006.

Van Bavel, Jan, and David S. Reher. «The baby boom and its causes: What we know and what

we need to know.» Population and development review, 2013: 257-288.

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